La pandemia ha sido muy importante en el desarrollo de los acontecimientos durante los últimos años, pero ¿ha modificado la forma que tenemos de ver el arte? Queremos saber cómo es el arte en la era del streaming y cómo se han adaptado las artes escénicas a sus nuevos escenarios de desarrollo.
No es que la crisis sanitaria producida por el virus Covid-19 lo cambiara todo, pero sí que contribuyó a una aceleración del proceso de digitalización que afecta directamente a cómo nos relacionamos entre nosotros, como interactuamos con nuestros dispositivos y cómo consumimos el arte y el entretenimiento.
Las cosas han cambiado y tan y como afirma el Manifiesto Onlife, las artes escénicas han visto modificados cuatro aspectos con la llegada de los espacios virtuales:
- Desaparecen los límites entre lo virtual y lo real.
- Se desvanecen los límites entre lo humano, lo natural y las máquinas.
- Se multiplica la información a la que podemos acceder.
- Priman las interacciones.
Este nuevo paradigma social ha provocado un desarrollo muy diferente de la forma de crear y compartir artes escénicas, por ello, en este artículo, nos introducimos en el mundo de la transformación digital y su aplicación a ciertos aspectos culturales que han variado tras la pandemia.
¿Qué es el streaming?
La palabra streaming aparece continuamente y cada vez más a menudo en el vocabulario popular. Los más jóvenes han abandonado la televisión y consumen contenidos a la carta a través de internet. Se han acostumbrado a ver a otras personas, en su mayoría muy jóvenes, que, desde su casa, a través de un dispositivo, abren una ventana al mundo para compartir sus ideas, creaciones, reacciones…
El streaming es la transmisión de contenidos de medios, grabados o en directo, que se pueden ver a través del ordenador o un dispositivo móvil a tiempo real, sin la necesidad de descargarlos en el aparato.
Diversas redes sociales, plataformas o aplicaciones, permiten realizar streaming y, por lo tanto, aportan a los usuarios herramientas para poder disfrutar viendo o generando contenido de ocio o artístico.
Espacios online, como YouTube o Twitch, se han convertido en indispensables para muchas personas que desarrollan sus proyectos a través de ellas y que han convertido la posibilidad de emitir imágenes y audios en su trabajo. La opción de utilizar streaming para compartir contenido online cambia y democratiza la capacidad de llegar a un gran número de personas, más allá de los medios tradicionales.

La pandemia, las artes escénicas y los cambios de la nueva era digital
Durante los últimos años, la forma en la que nos hemos relacionado ha cambiado. Las restricciones sanitarias, los confinamientos, los toques de queda… el miedo, todo ha hecho que las masificaciones se eliminasen y se optasen por fórmulas más reducidas, formatos más calmados y un mayor uso de los recursos digitales.
Tras un periodo en el que la realidad pandémica ha coexistido con el deseo a volver a lo que había antes, la nueva normalidad, hemos conseguido regresar a un equilibrio muy similar al que estábamos acostumbrados.
Sin embargo, el mundo del teatro ha optado por no perder de vista los nuevos modelos digitales para su promoción y han conseguido mantener y potenciar el empleo de las pantallas y el streaming como un nuevo canal en el que poder plasmar su arte.
Por todo el mundo, muchas productoras y espacios han decidido mantener aquellas creaciones que nacieron de la pandemia y ofreciendo al gran público la posibilidad de acceder a sus obras mediante “salas virtuales”. Lo más curioso es que la tendencia es a la creación de piezas que se puedan consumir sólo con este tipo de medios y no adaptaciones de aquellas que ya existían previamente.
¿Qué aporta el streaming a las artes escénicas?
La posibilidad de emitir por internet supone romper muchas barreras que hasta ahora seguían cerradas para el universo de las artes escénicas. Por supuesto, la opción de ver una obra a través de una pantalla puede hacer que el público pierda matices que solo pueden disfrutarse encontrándose en un lugar físico determinado. Sin embargo, son muchas las posibilidades que se abren para el desarrollo de esta disciplina:
- Posibilidad de acceso desde cualquier punto del mundo con una conexión wifi.
- Diversidad de opciones horarias para poder emitirlo.
- Capacidad de grabar y volver a ver un espectáculo determinado en las mismas condiciones que quiénes lo vieron en directo.
- Inclusión de músicas y efectos digitales de una forma más sencilla.
- Aprovechamiento de diferentes tipos de software para la creación artística.
- Creación de espectáculos adaptados para personas con discapacidad que precisen de ayudas especiales para poder disfrutar de una determinada obra.

Streaming como futuro
Más allá de uso actual, debemos observar las posibilidades que ofrece el arte en la era del streaming y su proyección futura. Este sistema de entretenimiento lleva funcionando y evolucionando desde hace muchos años.
Las plataformas como YouTube llevan más de 18 años en marcha y han supuesto una revolución en la emisión de vídeo, consiguiendo que cualquier persona desde su casa pudiera mostrar su talento. Gracias a este sitio web han aparecido talentos musicales, audiovisuales, artistas plásticos… la democratización del arte ha permitido el desarrollo de una gran variedad de creadores, aportando nuevos canales y disciplinas artísticas que explorar.
La simplicidad y el abaratamiento de costes del uso del streaming es una gran oportunidad que la transformación digital brinda al mundo del arte y que podrá suponer un valor diferenciador en el lanzamiento de nuevos productos culturales.
