¿Quieres saber cómo financiar un proyecto cultural? Te contamos otras opciones que van más allá de las subvenciones.
Si tu proyecto cultural necesita financiación y no sabes cómo conseguirla, existen alternativas que van más allá de las subvenciones. Olvídate de presentar papeles para conseguir dinero y busca otras formas de hacerte con lo que necesitas para desarrollar tus ideas.
Hoy, te contamos cómo financiar un proyecto cultural encontrando alternativas a las subvenciones, ya sea porque quieres evitarlas o porque necesitas complementarlas.
Más allá de las subvenciones
Aunque puedan ser una fuente de ingresos importante, no se puede vivir solo de las subvenciones que nos ofrecen los organismos públicos. La mayor parte de las veces es necesario conseguir opciones que puedan ayudar a obtener más recursos a la hora de desarrollar un proyecto cultural.
Además, existen diferentes obstáculos que pueden ser un hándicap si tenemos pensado depender solo de las ayudas públicas:
- Variación del dinero destinado para ayudas dependiendo del signo del gobierno o de la situación económico del país.
- Aumento de los proyectos que necesitan financiación.
Por otro lado, podemos encontrarnos muchos tipos de proyectos culturales y cada uno de ellos cuenta con unas necesidades que pueden diferir mucho entre ellas. Ser conscientes de qué recursos harán posible el desarrollo de nuestra idea es imprescindible a la hora de plantear cómo sacarlo adelante.
De la misma manera, la entidad desde la que se desarrolla el proyecto será clave a la hora de decidir las opciones por las que poder financiarnos. Una asociación podrá valerse de las cuotas de sus socios, pero una empresa tendrá que buscar otras formas de hacerlo. Vamos a analizar algunas de las alternativas que deberemos valorar para saber cómo financiar un proyecto cultural.

¿Qué alternativas de financiación existen?
Insistimos en que lo importante que es que el proyecto esté bien definido, cuente con unos objetivos bien marcados y se pueda presentar y comunicar de forma correcta. Muchas de las alternativas a las subvenciones precisan de conseguir el favor de personas particulares y para eso es muy necesario saber llegar a ellas y persuadirlas de por qué es interesante invertir en lo que les estás ofreciendo.
Para poder definir bien el proyecto, tenemos que tener en cuenta estos tres aspectos:
- Quién es el responsable del proyecto. Será esta persona quien tenga el peso del desarrollo y de que se lleve a cabo de forma correcta.
- En qué consiste el proyecto. Definición de las características, el alcance, los objetivos…
- Qué presupuesto es necesario para poder ponerlo en marcha. Sin duda, saber cuánto vamos a necesitar, nos ayuda a dibujar el mapa y establecer las metas que perseguimos.
A partir de tener una definición correcta del proyecto, será mucho más sencillo tomar decisiones cuando vayamos a elegir una u otra forma de financiación.
Financiación privada
Que alguien quiera invertir en tu proyecto es una buena señal y puede ayudarte a arrancar y crecer. En este caso puedes conseguir que te ayude una empresa que esté interesada en lo que haces, alguien que reciba algo a cambio como una promoción o, simplemente, que vea posibilidad de obtener rédito en el futuro.
Pero como sabemos que este tipo de cosas no suelen ser lo más común, puedes intentar conseguir financiación privada a través de algunas fundaciones que tienen partidas destinadas a ello:
- La Fundación BBVA orienta su financiación a la creación digital y la música clásica. Cuenta con programas de apoyo y becas para creadores.
- En la Fundación La Caixa, tienen, entre otros, uno de los programas más importantes para poder poner en marcha un proyecto cultural. Estamos hablando del Art for Change, una convocatoria que está orientada a fomentar la participación de colectivos en situación de vulnerabilidad en procesos creativos y artísticos.
- La Fundación Carasso tiene también un carácter social y sus opciones de financiación están sujetas a una solicitud y se otorgan de forma anual.
- Por último, la Fundación Loewe pone a disposición de los artistas emergentes una convocatoria enfocada al diseño.
Crowdfunding
La palabra crowdfunding es cada vez más conocida y las opciones que ofrece este método son especialmente interesantes. A través de la microfinanciación, consiguiendo una pequeña ayuda de muchas personas, es posible poner en marcha casi cualquier proyecto. Es relevante ser conscientes de que quiénes nos ayuden mediante este sistema tienen que sentirse atraídos y muchas veces van a buscar a cambio una recompensa.
Existen diferentes modalidades de crowdfunding:
- Donación. La ayuda se presta de forma altruista, los mecenas quieren que el proyecto salga adelante y no exigen nada a cambio.
- Recompensa. La ayuda económica al proyecto lleva una recompensa para quiénes ayuden.
- Préstamo. A esta modalidad se le conoce como crowdlending, quiénes ayudan en el proyecto tendrán de vuelta el dinero prestado más unos pequeños intereses.
- Inversión. En este caso, el mecenas obtendrá acciones sobre los beneficios que genere el proyecto.
Son varias las plataformas que permiten este tipo de financiación, una de las más populares en España es Verkami, pero puedes encontrar otras opciones muy interesantes como Kikstarter o Ulule.

Autofinanciación
La autofinanciación consiste en obtener dinero vendiendo productos o servicios relacionados con el proyecto que se va a poner en marcha. Gracias a este sistema podemos obtener beneficios que posteriormente se podrán utilizar para financiar la idea que tienes en mente.
De esta forma, si eres artista plástico podrás crear pequeñas obras que vender, si tu proyecto es teatral o musical podrás ofrecer actuaciones…
¿Es rentable invertir en arte?
He aquí uno de los dilemas a la hora de conseguir financiación privada. Ya sea porque quieras invertir en un proyecto que te haya cautivado con una gran suma de dinero o porque quieras echar una mano a alguien con una pequeña aportación, como en el caso del crowdfunding, invertir en arte puede parecer bastante arriesgado.
Sin embargo, puede ser muy beneficioso si tenemos en cuenta ciertas cuestiones:
- Inflación. Debido a la situación mundial de inflación, el arte se ha convertido en un producto mucho más rentable que las letras del Estado, los bonos y muchas acciones.
- El ROI (Retorno de inversión) del arte se sitúa en torno al 14%, estos datos suponen un importante beneficio para quienes busquen beneficios.
- Impulso social. La inversión en arte afecta de forma positiva al entorno y a la creación de más proyectos culturales.
- Beneficios intangibles. Más allá de la rentabilidad económica que nos pueda aportar
Ten en cuenta que estos argumentos pueden ser una de tus armas a la hora de buscar personas que quieran ayudarte a poner en marcha tus proyectos culturales y conseguir esa alternativa a la financiación pública.