La sociedad ha cambiado. Y por tanto, la cultura ha de adaptarse a nuevas situaciones y formas de lograr un mayor impacto a través de las posibilidades de hoy en día. Es en este contexto en el que hablamos de cultura digital. Son muchas las voces que consideran que unos de los elementos de la cultura es la fisicidad, en el sentido de que es un elemento de interacción social y de esta forma es cómo tiene que realizarse. Sin embargo, las posibilidades que nos brinda internet, ha abierto nuevas formas de experimentación. Además de las mismas, las formas de promoción y de conocimiento internacional se han multiplicado gracias a internet.
No hay duda de que la digitalización es un hecho en todos los sentidos. Antes era impensable llegar a conocer perfomances o iniciativas artísticas y buenas prácticas culturales alrededor de todo el mundo. A estas alturas no hay duda que la digitalización nos ayuda a todos a mejorar y a difundir nuestros mensajes, a documentarnos rápidamente del tema que queramos y a conseguir contactar con nuestros amigos o con quien queramos a golpe de clic. Inmediatez e información. Sin embargo, el sector cultural aún tiene que enfrentar muchos retos para una digitalización completa.
Pues si todavía no lo tenéis claro, este es tu post. Amantes inquietos de la cultura en cualquiera de sus aspectos, es momento de centrarnos en cómo la cultura digital también ha llegado a nuestras vidas y si realmente esta digitalización en el arte hace que sigamos progresando o si por el contrario es mejor que la cultura se centre en el mundo analógico.
Cultura. Término e impacto
El concepto de cultura tiene múltiples definiciones y ahí es donde radica su esencia y su magia. La cultura siempre se ha entendido de multitud de maneras, pero nos centraremos en el término en sí que define que cultura es aquello que «se cultiva». Y cogiendo este aspecto para definirlo podríamos decir que es la manifestación humana que se genera de exponer y dar a conocer a través de varios medios una forma concreta de vivir, pensar y hacer.
En nuestro día a día siempre tratamos de mejorar, de aprender de transformar nuestra manera de pensar, de comunicarnos y de compartir. En definitiva la cultura es un fenómeno dinámico, en constante movimiento que consigue que como humanos evolucionemos y queramos estar siempre en continua renovación.
Cuando asociamos el término cultura al contexto digital podemos centrarnos en que para poder hablar de cultura digital está claro que hay que ir de la mano de la propia transformación digital. La cultura digital es todo cambio que se produce en nuestros comportamientos, formas de interacción social y costumbres provocados por la llegada de la tecnología e Internet.
El impacto que las nuevas tecnologías han ejercido en la cultura es clave para la transformación de la misma emergiendo novedosas prácticas sociales que hacen que lo que considerábamos ya instaurado en nuestro día a día, se revolucione y cambie drásticamente. Las formas de visibilizar un proyecto cultural se han convertido en nuestros mejores aliados.
La cultura digital se ha convertido en un desafío educativo y una herramienta dinámica y perfecta para que nadie renuncie a lo que realmente le gustaría conocer.
El papel de la cultura digital en la sociedad actual
Ahora bien, todo esto que estamos comentando sobre la cultura digital también trae una parte de polémica o una forma contraria de pensar. Es cierto que ahora es más fácil que nunca acceder a contenidos a través de redes sociales o buscadores online. Pero, ¿qué sucede con la parte experiencial, con lo que realmente hace que recuerdes bien las cosas. Ese momento físico en el que te ves delante de ese arte que has estado persiguiendo y que por fin se encuentra al alcance de tus ojos, justo enfrente de ti, literalmente? ¿Se consigue esa sensación también cuando conseguimos acceder a la cultura online, cuándo se produce cultura digital?
Esto es algo que depende de cada uno de nosotros. Lo que para unos la digitalización ha supuesto un paso adelante gigante en la transformación de nuestras costumbres y rutinas como sociedad, para otros, ha hecho que la magia de esos momentos en los que físicamente y después de mucho esfuerzo, conseguías tus objetivos; pierda parte de su valor. La cultura digital ha traído una forma mucho más cómoda de acercar las cosas, de acercar a las personas modificando nuestros modos de consumo y nuestra forma de interacción. Y aquí en este impás cabe todo, la opinión de cada uno de nosotros es válida. Lo que es cierto, es que casi no somos ya conscientes de cómo buscábamos, nos comunicábamos o accedíamos a conocimientos antes de la digitalización. Es bueno de vez en cuando echar la vista atrás y no perder el objetivo. Porque la parte física, en la que somos más humanos y mostramos cara a cara nuestras emociones, es parte de nosotros y no podemos olvidarla jamás.
La tecnología ha reseteado nuestras costumbres y precisamente esta transformación al ser dinámica irá modificando más y más nuestras rutinas en pro de conseguir la máxima eficacia en cada momento. Nuestra cultura digital irá evolucionando hacia sistemas más complejos que ahora no podamos ni imaginar. Porque de eso se trata, que sigamos manteniendo vivos nuestros conocimientos, que evolucionemos en cualquier entorno y aprovechemos lo mejor de cada uno de ellos.
Cultura presencial o digital, todo nos hace libres y nos ayuda a forjar nuestra personalidad y mantener nuestros conocimientos en continuo movimiento y evolución.
Por eso todos los campos que podamos imaginar se han visto afectados por la cultura digital.
- La educación y la formación a través de nuevos modelos de aprendizaje.
- En el mundo de la empresa privada a través de modelos de transformación digital y el e-commerce
- En la Administración pública con softwares para tramitación de burocracia y vinculación de datos.
- El Big Data como herramienta de futuro para obtener resultados y experiencias satisfactorias en cualquier campo.
- En las personas a través de las redes sociales y otros métodos de expresión personal y comunicación interpersonal.
En todos ellos la inmediatez como guía y como base para seguir haciendo que nuestra sociedad sea más eficaz y completa de la mano de la cultura digital. Una cultura digital que tiene que estar en todo momento reglada y sobre la que debemos tener el máximo conocimiento para poder utilizar todo lo bueno que ofrece, sin necesidad de prescindir de las cosas buenas que tiene la vida cuando conectamos físicamente. Porque en definitiva el ser humano, es un ser social y de costumbres.